Un samurai, cinturón negro de la música tropical, una vez me explicó que la bachata simplemente nace de el genuino intento del campesino dominicano, quien sin una formación musical formal y con limitados recursos meteafóricos literarios, buscaba emular un bolero. Como aquellas piezas sofisticadas del llamado “filio cubano” o esos trios de boleros con requintos que salían desde la costa de Veracruz. El dominicano, borracho de ron y sol, hizo lo mejor que pudo con lo que tenía a mano, dando origen al género. Desde entonces, la bachata evolucionó desde los cabarets hasta el cachondeo mundial que conocemos hoy.
Salvo dos o tres, siempre me ha costado “creerle” al bachatero cuando canta, porque le sobra una especie de “charlatanería”. Y paradójicamente, esa falta de solemnidad es lo que hace que la bachata se me haga tan cautivadora e irresistible. Incluso cuando muchas parecen centrarse en los mismos temas: alcohol y despecho.
De esa combinación de humildad, sencillez, charlatanería y alcohol, en ocasiones emerge, quizá de manera fortuita, un destello artístico profundo, como la frase:
“Estoy aquí pero no soy yo”.
¿Cuántas veces nos hemos sentido presentes en cuerpo pero ausentes en espíritu? El mensaje de esta canción se puede aplicar a innumerables situaciones en la vida. Me recuerda un poco a "How To Disappear Completely" de Radiohead. Un grito existencial que si lo dejas, terminas como Hamlet con el “Ser o no ser”.
¡Gracias a todos los que se hicieron suscriptores de pago! Para ustedes les dejo mi versión – no bachata – de esta canción. Creo que cambio algo de la letra pero intento que la esencia, que según yo tiene el titulo, resuene.
Se despide otro charlatán.
Sigan gozando.
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