Me está pasando mucho, que pienso que voy a llegar a un bar o un restaurante y resulta que ahora es una tienda de ropa, o directamente otro bar con otro nombre, fachada y decorado. No me acostumbro a ver el letrero del Tío Pepe en otro edificio. ¿Es el Madrid de siempre o estoy descubriendo otra ciudad? Mis amigos ya no viven donde vivían, algunos se han ido un poco más lejos, otros todavía andan por aquí más guapos que nunca. Dicen que las células del cuerpo se reemplazan en gran medida cada 7 a 10 años. En otras palabras, las células viejas mueren en su mayoría y son reemplazadas por otras nuevas durante este período de tiempo. Es decir, yo también soy literalmente otra persona. De hecho pienso que si me llego a cruzar con el Alex de hace 10 años, le pegaría una buena patada en el culo y le diría “¡Aprovecha el tiempo mmg!”. Lo que me lleva a preguntarme; ¿Qué me diría al yo de ahora el Alex de 10 años más? Probablemente algo parecido. El caso es que luego si me fijo bien, un poco más allá de la superficie, Madrid en esencia no ha cambiado nada, por más células que le cambien sigue siendo esa ciudad peligrosamente perfecta y llena de gente fascinante.
Nos vemos este 16 de septiembre en el Café Berlín, que por cierto también estaba en otro lugar cuando vivía aquí.
Y en Barcelona el 17 de septiembre, en un maravilloso ciclo de conciertos íntimos.
No olviden conseguir sus entradas. Hace dos años que no canto por aquí, imaginen la emoción.
Sigan gozando,
Alex